lunes, 20 de mayo de 2013

ANABEL LA CUENTISTA

Buena amiga y compañera de aventuras, Anabel también se ha leído el libro y parece que le ha complacido. Puede que haya exagerado algo, el cariño suele enturbiar la vista, pero la verdad es que me ha gustado mucho su reseña. Siempre halaga que a una persona como ella le hayan interesado tus textos. Y la referencia a Leopold Bloom... Gracias. 

"Este libro no se puede afrontar como si se tratara de un libro cualquiera: no sólo los ojos han de estar abiertos, sino también la inteligencia y la imaginación, dos conceptos que en esta obra son más sinónimos que nunca. Las capacidades de abstracción y concreción se confunden, el cerebro ha de viajar de un hemisferio a otro a la velocidad de la luz y pasmarse ante la avalancha de imágenes, magistralmente transmitidas por el autor, que surgen de momentos cotidianos, de instantes de contemplación y ensoñación. Hay cuentos con regusto a poesía y otros en los que el señor Bloom aparece por las esquinas para quitarse el sombrero y saludar al respetable. Referentes culturales, iconos regionales y universales plagan las páginas dotándolas de una belleza necesaria para soportar una fehaciente realidad, no exenta de cierto teatro del absurdo. Los contrastes surgen paralelos, vidas que conviven en el mismo entorno, unas dentro de otras, empujándose en el espacio y en el tiempo, pero que no se entrecruzarán, tal vez sólo se estorbarán o se rozarán ligeramente en la levedad de un sueño, de un recuerdo o de un pensamiento de barra de bar, de plató de televisión, de tren, de catedral o de cama. La ironía, dejada caer como si la tal cosa, impregna una crítica firme que acepta, casi de manera resignada, los avatares de la vida, las circunstancias de la época actual y que únicamente se pueden soportar pertrechados con un cosmos interior mágico y caprichoso, pero, sobre todo, individual. Nueve cuentos que acumulan otros tantos mundos múltiplos de infinito, llenos a rebosar de átomos inmortales y atemporales, únicos protagonistas libres de moverse a su antojo de relato en relato, de universo en universo. Como el propio lector."


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